martes, 1 de abril de 2014

¿Somos Libres? Basado en el texto "Armas silenciosas para guerras tranquilas" de Noam Chomsky.


¿Somos Libres?
¿Qué haríamos si descubriésemos que estamos consintiendo  nuestra propia esclavitud?
El presente texto  expone datos  que muestran cómo  estamos sometidos a  ciertas fuerzas sociales que  pretenden  destruirnos lenta y silenciosamente.
Fue encontrado  el  7 de julio de 1986 un documento cuya fecha data de 1954, en una fotocopiadora  comprada en una subasta militar. No hay certeza sobre quién debió escribirlo, pero todo indica que perteneció al Grupo de Bildergerg, formado por las personas más poderosas del mundo.
El documento detalla el uso por parte de esta elite de armas llamadas silenciosas paras someter al pueblo sin que se de cuenta. En una comparación entre sistemas energéticos y el sistema económico se explora la forma y funcionamiento de las estrategias usadas para esclavizar  a las clases inferiores manteniéndolas en la ignorancia sobre su propia condición de desigualdad. El objetivo era, y sigue siendo, llevar a cabo una guerra contra el pueblo mismo.
Una guerra  llamada tranquila porque sus armas son consideradas silenciosas al no poder las percibir. Siendo nosotros, el pueblo, su  objetivo militar, es imperativo desenmascararlas y ayudar a todas las personas  a que puedan acceder al conocimiento de estas peligrosas armas.
El objetivo de la guerra librada  es dominar a la sociedad  por mecanismos invisibles a los ojos del público ordinario. En el documento se expone que se requiere  para esto un sistema ultra-rápido de tratamiento de la información, que logre predecir  los movimientos de la población, del mismo modo que se puede predecir la trayectoria de un misil.
Con el fin, entonces, de otorgar  la conducción del mundo a manos de los  considerados más aptos y mejor posicionados en la escala social, se desarrollaron  unas armas tan sutiles y sofisticadas en su principio de funcionamiento y  apariencia pública, que obtuvieron el apelativo de "armas silenciosas".
Estas armas son propulsadas por el tratamiento de datos y  disparan situaciones a partir de una computadora manipulada por un programador. Así, los gobiernos utilizan este tipo de  armas para lograr su mayor victoria, que es el consentimiento del pueblo para manejar sus asuntos.
El documento citado estudiaba la económica a partir de la teoría energética  como un proyectil lanzado hacia un objetivo, en este caso el pueblo mismo.
Partiendo de la idea que la ciencia es un medio para cumplir un objetivo, el de controlar algo, se comparaba al sistema económico con un sistema electrónico.  El ciclo económico comprendido por  la inversión, producción, distribución y el consumo era comparable, según este modelo,   con un circuito electrónico.  De este modo, obedecería a las mismas leyes de electricidad.
El objetivo principal planteado desde el documento, y llevado a cabo por las elites del poder global, estaría orientado a controlar la población para que permanezca ciega a sus limitaciones, y principalmente, a lograr  su consentimiento  para conservar el poder y la estabilidad en las clases superiores.
 Según este modelo existen tres conceptos elementales: la energía potencial o capacitancia  que en economía estaría representada por el  capital o valores duraderos, la  disipación de la energía o  conductibilidad  con su símil económico   las mercancías o bienes, y la energía cinética que refiere al movimiento materializado por el flujo de dinero.
 Traducido a la realidad,  podemos ejemplificarlo de la siguiente manera: Si teniendo una corriente eléctrica, llamémosla dinero, y un campo magnético, la población, disminuyera el  primero, es decir, hay menos dinero porque la demanda  y población es mayor, ésta desaparecería   con el objetivo de permitir al valor económico seguir circulando (un caso extremo sería la guerra). El documento postula la guerra  como  la principal solución al problema de la escasés, de la economía global.
Es decir, ante  el aumento de la población y la disminución de los recursos para abastecerla  lo que se hace es reducirla, destruyéndola mediante guerra, genocidios o esclavitud, permitiendo seguir circulando al dinero.
La salida elegida por la elite dirigente para controlar la economía es la esclavitud o el genocidio, proceso que  es llevado  a cabo mediante una guerra tranquila con armas silenciosas.
La pregunta que debemos hacernos es  cómo logran el cometido de mantener ignorante al pueblo respecto su situación de sometimiento.
Tal manipulación se logra mediante el  conocimiento extraído de la  entrada de datos  tales como impuestos, ayudas sociales,  planes, huellas personales de consumo, créditos, correo postal, registros de denuncias, infracciones de tránsito y demás fuentes de información que el ciudadano provee sin  oponer resistencia.
Este conocimiento, a su vez, les permite tener un control total de la sociedad y su economía : controlar el capital, la inflación, la posesión de la propiedad, la fabricación, las bases de datos personales, la publicidad, elaboración de formularios de impuestos detallados, controlar la información, controlar las posibilidades de riqueza, etc.       
Con armas silenciosas se libra así una guerra tranquila que ataca por varios frentes. En primer lugar,  al tener el consentimiento para que la población trabaje y pague impuestos se la mantiene ocupada y distraída. En segundo lugar,  se imparte una educación de baja calidad para limitar la capacidad de pensar  y descubrir  qué es lo que realmente necesita. Se conserva un determinado  orden social,  que favorece la paz y tranquilidad de la clase dirigente.
Y en tercer lugar, el uso de los medios de comunicación es fundamental para distraer y desviar  la atención de los problemas importantes,  desplazándola hacia  falsas necesidades fabricadas por los gobiernos.
Es la diversión propiciada por las elites la estrategia principal para estos fines, comprometiendo las emociones en lugar de la racionalidad para abordar la realidad, y reescribiendo la historia y la ley de acuerdo a sus propios intereses de conservación de un estado de las cosas que favorezca a unos pocos.
El resultado de esta guerra, y respondiendo a la pregunta inicial sobre qué haríamos al descubrir que consentimos nuestra propia esclavitud, se deduce del  documento que las personas delegan sus responsabilidades personales a otros ahí donde el éxito es inseguro o implica obligaciones que no están lisos a aceptar. Ellos quieren la autoridad pero no aceptan ninguna responsabilidad u obligación. En consecuencia, encargan a los políticos para afrontar la realidad en su nombre.
Así, lo que están delegando a los políticos, en realidad, es el poder de crear y de dirigir una maquina de guerra,  la supervivencia de la nación que los resguarda, destruir a los enemigos que amenazan, destruir a los ciudadanos del propio país que no se conforman al respeto a la estabilidad del orden de las cosas.
Somos nosotros, el pueblo, quien entrega  con absoluto consentimiento en sus manos nuestro destino, pagando con nuestra libertad, incluso con nuestra propia vida.




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