viernes, 17 de agosto de 2012


Hay un tiempo que está en todos mis tiempos
Huele a tango mecánico de una vieja radio
A parra, noche cálida de verano
y frecuencia modulada al compás del descanso.
Es que huele a Papá.
Es un tiempo de a saltos el mío.
Que siempre vuelve donde estoy.
Se aleja y retorna  cada vez con más fuerza.
Luz amarilla de calle que acompaña
sin inhibir
los sueños  que van surgiendo,
mientras salen las  empanadas caseras de mamá.
El nugaton de postre, delicia suprema.
Siempre quiero volver a ese lugar.
Estrenar camisón, andar con el pelo mojado,
creyendo por fin se educaron los rulos.
Pisar, pisar, sentir.
Por qué será…
que el tiempo no es lineal.
Se abre la oscuridad y ahí estamos todos,
de nuevo,
alegres.
Es viernes ya.