miércoles, 19 de octubre de 2011

Tener onda

Un día de "onda"
Procedo a detallar los siguientes pasos que ha dado mi día:
1- Ver tesis de onda de amigos de tu novio... llenarme de harina y huevo estrenando pollera hindú... (¿Cuál es el mandato que obliga a ser sociable?)
2- Recorrer la ciudad en busca de una " batería" y no de celular. No se aún para qué es... pero de "onda" lo acompañé a mi chico. ( ¿Quién dijo que debíamos hacer todo juntos?)
3- Cuidar de mi ahijada de " onda" porque la abuela le pide a la madrina, es decir yo, que lo haga, que compre regalos, que se haga cargo de la fiesta de navidad. En fin, todo de "onda". (¿Para qué sirve el madrinazgo?)
5- Sudar cual Kun-fu en el desierto buscando algún cajero que no diga "fuera de servicio" para dar de "onda" un adelanto a la chica que trabaja en casa de mis padres, ya que de onda caí ahí para cuidar de mi sobrina, como les adelanté.( Saldar cuentas ajenas están en el manual de usos y costumbres de una buena hija?)
4- Acabado el día retorno a mi casita añorada, tranquila, feliz, no quiero escuchar a nadie más, sólo el ventilador. Suena el timbre: es el vecino que viene de "onda " a charlar. Sí, ¡a charlar! (La conversación es un bien no renovable, por lo que os pido mesura en la demanda)
5- Cierra el día el siguiente hecho, a propósito bastante insólito: suena mi celular, es mi ex cuñada que me pide de "onda" le averigüé cuánto sale en una compañía de telefonía celular un plan de minutos de menor costo. (Aclaro, hace un mes que renuncié a mi trabajo en una de ellas, y se lo notifiqué en el día de ayer justamente para evitar posibles futuras consultas).
La conclusión, mis lectoras, es que sólo quiero ser de acá en más alguien sin esa peligrosa "onda" que amenaza mi umbral de tolerancia, y que todos lo sepan.
Tener onda o no tenerla, esa es la cuestión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario