martes, 19 de abril de 2011

Mi alma

En el decoro de tus ojos impíos

se deja entrever aquella lejana aurora,

recuerdo del tiempo insolente

que altiva trepabas

colgada de clarines de guerra,

y en un surco de arcilla cruda

tus manos forjaban grandes estatuas.

¿Eras tú, la misma de ahora?

Quién sabe, a dónde habrá ido mi soñadora alma,

a veces la siento acercarse

entre sombras de aquellas estatuas,

y miro en la noche apagada

su largo vestido gastado,

parece querer envolverme...

De pronto cae el alba,

se marcha dejando mis ojos

otra vez en letargo

sin mirada...

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