sábado, 17 de septiembre de 2011

El no camino

Después de todo es lo único que tenemos, el hoy,
y nuestra propia presencia,
que a veces se llena de otras,
pero sigue siendo la misma,
Plena de ausencias…
Si busco el camino
encuentro que no existe
que sólo hay pasos,
y cuando más me cuesta respirar
es cuando más adoro la falta de curso del río,
porque entonces descubro
que soy la que se va haciendo de a poco,
en cada suspiro, agitado, forzado.
Y en el liviano también…
Un reparo de aire
es un paréntesis de existencia
que envuelve mis horas más inciertas.
Desconozco si ando por donde debo andar,
sólo ando, porque amo ese andar.
Y si me pierdo
no es perderme, sino tomar conciencia de
la ausencia de senda por dónde ir.
Es así que acepto la inercia,
y  me entrego al viento.
Dueña de mi propio ser y de su rumbo
decido macharme
hacia el centro del universo
donde late el pulso de esta humanidad,
tan cierta de drama
tan llena de ganas.
Y me quedo en silencio
contemplando todo lo que pudo, podría y puede ser.

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